Los huevos a la flamenca es uno de los platos preferidos del recetario andaluz. Las primeras referencias a él se remontan al siglo XIX, y, aunque existen muchas versiones de cómo preparar esta deliciosa y nutritiva receta, el huevo, el jamón, el chorizo y las patatas, no pueden faltar.
Como en todo plato, el secreto está en la calidad de la materia prima con que se elabora. Los huevos camperos aportarán una mayor melosidad, así como unas patatas de la tierra, como las famosas patatas de Sanlúcar. Igual ocurre con el chorizo y el jamón, deben aportar todo su sabor. Una de las mejores opciones es el Jamón Legado Ibérico El Pozo, que se puede adquirir en supermercados e hipermercados de confianza.
Estos son todos los ingredientes necesarios:
Patatas
Huevos (la cantidad, al gusto por persona)
Tomate frito (casero o uno envasado de calidad)
Guisantes en conserva
Pimientos del piquillo
Jamón de cebo ibérico
Chorizo ibérico
Leche
Mantequilla
Sal
Empezamos cortando las patatas en dados pequeños y las freímos. Cuando estén listas, las sacaremos en un bol con papel de cocina, para que escurran el exceso de aceite. Echar sal al gusto. Las apartamos.
La cazuela de barro es otra de las claves de unos huevos a la flamenca perfectos. Se puede utilizar una grande para servir varias raciones juntas, o hacerlo en cazuelitas individuales.
Las templamos un poco en el fuego o vitro para derretir mantequilla. También podemos calentar la mantequilla en el microondas y añadirla al recipiente. Es el momento de cubrir el fondo de la cazuela, donde se encuentra la mantequilla derretida, con leche. Esto hará que los ingredientes no se peguen y aportará jugosidad.
Después retiramos el papel de cocina del bol donde dejamos las patatas fritas. Al hacerlo en un bol grande y no en un plato, solo tendremos que tirar del papel y podremos seguir mezclando los ingredientes en él. Añadir ahora el tomate frito, preferiblemente casero (la receta clásica con cebolla), y los guisantes en conserva al gusto, pero siempre procurando el equilibrio en la proporción de cada ingrediente. Se remueve todo y se añade a las cazuelas, haciendo hueco en el centro para el huevo o huevos.
Vertemos el huevo en el huevo. Un truco es romperlo y verterlo desde una taza, por si cayera algo de cáscara. Salar el huevo al gusto.
Pasamos las cazuelas al horno, que habremos precalentado a 180 grados. El tiempo de horneado dependerá de cómo nos guste más el huevo, más líquido y jugoso o más cocido. Es el único ingrediente crudo, así que solo hay que observar su aspecto para decidir cuándo está listo.
Mientras se cocinan las cazuelas en el horno se parten lonchas de jamón ibérico, con un tamaño adecuado para nuestro plato, y rodajas de chorizo.
Una vez fuera del horno se coloca encima el jamón, el chorizo y tiras de pimiento del piquillo. Se deja reposar unos minutos para que tanto el jamón como el chorizo, suelten algo de su sabrosa grasa. El plato se mantendrá caliente gracias al barro. Ahora solo necesitas una cucharilla de postre para comer y disfrutar de unos tradicionales huevos a la flamenca.